Al mediodía del sábado
ABR 13 tuvo lugar en las Casas del Tratado de Tordesillas la
inauguración por el Presidente del Patronato, Enrique Carnero, de la
exposición de Miguel González "Los toros son del Pueblo", a
la que asistieron autoridades municipales y aficionados conocedores
de la calidad y –lo que más importa- capacidad sintética del
material expuesto.
Un primer vistazo manifiesta la variedad de
materias tocantes a la tauromaquia tradicional allí representadas; por ejemplo, el toro en el campo, plasmado
exactamente bajo la óptica del
aficionado que sabe lo que es la torada, donde los combates por la
jefatura son diarios y al que pierde la pelea le pasaportan los
colegas, aunque la acción suceda en el entorno paradisiaco del
encinar, circunstancia que engaña al urbanita.
Entre estas fotos
ganaderas nos llamó la atención por su simbolismo un toro
encampanado, lejano y dominante, enquerenciado sobre encina
centenaria, ambos aislados del mundo; la mitad inferior de la foto,
exuberante pasto verde botella; la mitad superior, cielo raso
ultramar: Otro mundo en éste. Me decía un torneante:
- ¿Has visto algo que
sintetice mejor la dehesa de Salamanca?.
- No.
Las funciones de
tauromaquia tradicional también estaban representadas holgadamente,
que no en balde el autor recorrió el año pasado 170 pueblos cámara
en ristre, así que conoce el percal divinamente y sabe
quintaesenciar los momentos principales.
Retrata las suertes
de trapo y de cuerpo y lo hace precisamente a cámara rasa, paralela
al plano horizontal, de modo que el espectador va a ver toro y arena
como si fuera torero: En el plano vertical; además incorpora los
detalles que más impresionan al que recibe, como la polvareda que a
modo de sudario envuelve la embestida, las arenas y piedrecillas que
proyectan las pezuñas del toro, el relumbrar de los pelos claros al
sol del mediodía … en fin, lo que por mucho que veamos siempre tira
de nosotros.
Algunas escenas de la tauromaquia de montera y otras
materias complementaban la oferta que satisfizo tanto a los inaugurantes como al público que posteriormente accedió a las sala.
Terminó la inauguración con austero refrigerio y foto de familia al
estilo antiguo, brindando por el éxito de la exposición y porque
Nuestra Señora de la Peña siga removiendo el saco de los ratones en
estos toreros – fotógrafos, de modo que podamos seguir deleitando
ánima y alma en sus obras.