De: M. Cancio
Date: 27/11/2006
Leo en el Norte una opinión de Aniano Gago donde recurriendo a los manidos tópicos "progresistas", vitupera al Toro Jubilo de Medinaceli y ya puestos, al Torneo, a los tordesillanos y a la "tradición". Afirma el tal Gago que la teoría de la evolución de Darwin no está del todo clara, puesto que sobreviven Tordesillas y Medinaceli. No ha leido a Darwin ni en broma; sigue con los complejos de las pobres tribus que en África piden permiso a los dioses por cazar un león, atemorizadas por si el espiritu de la fiera les pide cuentas, colocándose a nivel de la bestia y camuflando sus incapacidades mediante la traza de complejísimas teorías para justificar su fracaso -desde un punto de vista darwinista- en la adaptación al medio y superación de los competidores. Como no ha leido a Darwin, no sabe que a nivel hombre, la tradición es el ente donde reside la información material o inmaterial, obtenida tras numerosos ensayos y muchos fracasos y que sobrevive si es útil porque en la naturaleza, lo inútil dura diez minutos.Pero lo que opine el pueblo castellano respecto a SUS tradiciones y a los BENEFICIOS que de ellas obtiene a él le da igual. ¿que miles de torneantes acuden al Torneo?. Pues son unos trogloditas porque lo digo yo, hombre del progreso! y vale. Se dice Gago castellano pero debe vivir en Madrid, pues ignora que este verano nuestra geografía se ha llenado de miles de castellanos -sin complejos-buscando donde corrieran toros, donde satisfacer su vocación. En Madrid no brillan las estrellas pero en Medinaceli sí, aunque algunos ignorantes pretendan apagarlas desde su tresillo porque lo dice la televisión; por eso vamos a Medinaceli, porque nos gusta buscar estrellas que a veces queman como los cuernos del Toro Vega, pero siempren alumbran en unas frecuencias más allá del espectro visible y entramos en resonancia y hallamos una particular satisfacción. Siga Aniano viendo películas de tiros y culos en su televisión mientras nosotros seguimos polvaredas de caballería tordesillana, radiaciones de estrellas sorianas y curvas imposibles de maromas zamoranas; cada cual a lo suyo.Los hombres, a escrutarse por dentro para avanzar por fuera; los hominidos, a satisfacer complejos.