De: M. Cancio
Date: 02/08/2006
En el artículo titulado “La España sin remedio” (Norte/opinión 31 JUL 06) Aniano Gago se rasga las vestiduras con aire de suficiencia unamunesco trayendo a colación las dos españas, el autodesprecio por lo propio, el fuego a discreción contra la política exterior de los gobiernos de España desde Túbal hasta Zapatero, la falta de patriotismo y un montón de males inextirpables que en su opinión aquejan a la península desde la prehistoria. En su afán de simplificar, remata con esta antología propia del más sobrado de los arcángeles: “..seguimos siendo un pueblo anárquico, de sangre caliente, irracional, pasional y lamentable. La imagen de estos días, en las que el pueblo se divierte pegando palos a los toros, es clara y definitiva...”. La conclusión parece inmediata y para mí que bulle en la cabecita de estos genios : Tan detestable pueblo debe ser “culturizado”; es decir sometido a las voluntades de esas élites quasidivinas y si se opone, palo hasta que entre; cuánto gusta el palo a estos “intelectuales”! Palo al hombre, claro, no al toro y palo sujeto por la mano de algún guardia, no por la propia, que los “intelectuales” son muy pacíficos. Supongo que los gobiernos obrarán conforme les dicten o fuercen las circunstancias y que las causas de ese obrar sólo serán conocidas por un pequeño número de personas entre las que me parece no se hallan, ni Gago, ni los arregladores de café. ¿Cómo pueden juzgar algo tan sutil y opaco como la política exterior sin elementos de juicio objetivos?. Supongo que la incultura generalizada, la bestialidad común y la incompetencia de ese españolito que corre toros no será para tanto, cuando –al menos episódicamente- la capacidad para generar renta real puede colocarse entre las 10 primeras del mundo. Supongo que la actitud partidista, pese a ser atizada por los “intelectuales”, no será tan radical cuando en elecciones, la abstención tiene un peso importante, a veces decisivo, aunque ¿alguien encuesta a los abstinentes?. Supongo que ya estamos cansados de los lloricas del 27, del 98 y de todas las cifras que se quieran poner, de los postmodernos y de los neos, de los que viven sólo de la palabra vacía que es la queja sin obra. ¿Cómo no han de odiar la verdad del toro, si con mirarles les desnuda de tópicos?. Les duele por eso que otros la aguanten?. Supongo que la gente normal quiere vivir conforme a su sentir sin que la teledirijan los que se salen de la campana de Gauss por el lado izquierdo, ya me entiende. Supongo que el discurso es tan viejo que ya tiene 300 años y no le cambian porque viven de él y encima, es de buen tono, como todo lo decadente. Tras tanto suponer debo reconocer que ignoro el modo de arreglar el odioso patio de villanos que en opinión de “intelectuales” como Montero, Echevarría, Reverte, etc... es esta piel de toro, pero tal vez se podía empezar con más ingenieros y menos columnistas, con más empresarios y menos economistas, con más obra y menos dialéctica, con más Buenos y menos Mosterines, con más matemáticas y menos demagogia, con más maestros y menos enseñantes; con más disciplina interna, más humildad y capacidad de trabajo útil; con más Séneca y menos Epicuro, con más toros y menos vacas lecheras, con más vocación de Toro Vega que de Buda vago y tumbadazo etc... pero sólo son opiniones, ni se me ocurre –como a éstos- elevarlas a la categoría de dogma. Sigan los diosecillos en su Olimpo mientras los bárbaros toman lanzas y azadones abandonados por algunos ciudadanos de Roma a quienes los filósofos epicúreos han hecho ver como odiosas herramientas; otros, ganado el pan con el azadón, afilamos la lanza porque llega el Inmemorial Torneo, aunque estemos a 3.000 Km. de Castilla y a él iremos con todo nuestro salvajismo, barbarie e ignorancia a cuestas; allí nos reconfiguraremos, nutriremos la raíz, fortaleceremos la autoestima venciendo a los miedos, confraternizaremos con nuestro grupo humano natural satisfaciendo la necesidad de pertenencia coherente; sin “intelectuales” monosabios, trataremos de superar nuestras limitaciones intrínsecas y si esta año hay suerte y victoria podremos celebrarlo con esa profunda alegría que sólo generan las ceremonias intemporales –ni los cubatas, ni las rayitas- y si no hay suerte, ya conocemos de sobra las frías baldosas de los hospitales donde se cultivan otras virtudes. Al final, Machado, Gago y compañía van a llevar razón en eso de las dos españas : pero no la de izquierda y derecha, monárquica y repúblicana etc.... todo eso está superado hace tiempo por la gente de la calle que no vive del asunto, sino la España de los hombres coherentes y la de los veletas, la de natura y la contra natura, la de los libres y la de los tiranos o la de los toroveguistas y la de los animalistas. Dios nos libre del novísimo choque.