Patronato del Toro de la Vega

análisis post mortem

De: J. Ramón Muelas
Date: 10/02/2006

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Una de las calumnias utilizadas por las asociaciones animalistas en su campaña conjunta para terminar primero con el Toro de la Vega y luego con el resto de actividades taurinas, ha sido dar por sentado que se usan compuestos químicos para neutralizar la peligrosidad del toro. Esa campaña trata por una parte de acusar indirectamente a las autoridades; por otra, de quitar todo mérito a torneantes y lanceros para al final traer la discordia, dar por demostrado que todo es un fraude y en consecuencia, faltando la substancia que lo justifica, concluir en la necesidad de eliminarlo. Contemplar en la Ordenanza un análisis sistemático de vísceras y sangre del toro implicaría admitir la posibilidad de que el animal haya sido limitado y entrar al trapo animalista extendiendo sobre el Inmemorial Torneo un velo de sospecha que sin duda redundaría en perjuicio de él. Por otra parte, el progresismo de salón tiene largos tentáculos –recordad el Domingo de la Peña- capaces de llegar hasta los mataderos, así que probablemente esos análisis ya se hayan hecho a la búsqueda de materia con la que desprestigiar. En mi opinión nuestro problema no está ahí, está en el toro : carecemos de materia prima o resulta muy difícil hallarla porque si compramos a ganaderías que tientan (aunque sea de cualquier manera) compramos animales teóricamente aptos para el caballo y la muleta en la soledad y el silencio de un ruedo, pero que en absoluto tienen por qué servir para nuestra necesidad. Fiereza y no bravura creo que precisa un toro para lanzarse medidamente contra la compacta masa de torneantes en la pendiente adoquinada del Empedrado, en medio del griterío, con una iluminación discontinua. Cinco años largos y menos de siete debe tener para poseer “sabiduría”; es decir haber memorizado los modos de comportamiento que maximicen su probabilidad de éxito, sin lanzarse a locas carreras ni enquerenciarse eternamente, sin dejarse tomar el terreno por la caballería etc... Lo que hay en el mercado es para echarse a temblar, basta con analizar los resultados habidos el pasado 2.005 en las Ventas..y allí mandan lo más lucido!. El Inmemorial Torneo es una buena piedra de toque para ver dónde está una ganadería, tal vez por eso algunos ganaderos son reticentes a soltar sus toros en la calle; ahí se les va a ver de verdad el plumero rosa.... pero cómo debe ser nuestro toro es otro asunto. En mi opinión la causa del problema es falta de fiereza y no “drogas”, aparte de mejorar la manipulación. ¿Cómo resolverlo? esa pregunta os propongo.

S1

Última modificación: 09 de January de 2009