Jorge Bayón Muñoz

Dulzainero Mayor del Concejo de Dulzaineros del Toro de la Vega

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Pregón de las Fiestas

Patronales de San Roque 2004

 

Aldeamayor de San Martín – Valladolid

13 de Agosto de 2004

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Pueblo de Aldeamayor de San Martín, me habéis elegido, a través de vuestros representantes, pregonero de las Fiestas Patronales de San Roque de este año de 2004, cosa que me honra y satisface como castellano nacido en Tierra de Pinares y unido espiritualmente a esta tierra de la que, por circunstancias de la vida, he de vivir exiliado la mayor parte del año. Y no me habéis elegido pregonero solo por mi persona sino, como consta en el programa de fiestas que habéis elaborado, por representar al Concejo de Dulzaineros del Toro de la Vega; es por lo que, en nombre de este colectivo, quiero dar las gracias: a la comisión de festejos, a las autoridades elegidas para servir a los ciudadanos de este pueblo, y a todos sus representados, vecinos de Aldeamayor, por este gran honor.

El Concejo de Dulzaineros del Toro de la Vega, que se compone en la actualidad de un numerosísimo grupo de dulzaineros, redoblantes, grupos de danza y canción tradicional, nació hace 17 años, siendo uno de sus miembros fundadores D. José Luis Castán, hijo de este pueblo de Aldeamayor de San Martín.

Hay que hacer aquí un paréntesis para hablar de D. José Luis Castán, pues es ejemplo de la grandeza de un castellano que ama su tierra y a su pueblo. Trabajando en Madrid, emplea su escaso tiempo libre en venir a su pueblo y enseñar a tocar la dulzaina. Y creó la Escuela de Música Tradicional "Tierra de Pinares", una de las mejores escuelas de dulzaina del mundo; y anualmente (y ya van 19 años) organiza un Certamen de Dulzaina que es un referente para todos los que hacemos uso de este instrumento y, además, da fama al pueblo de Aldeamayor, del que se habla en cualquier foro de música tradicional precisamente por su escuela y sus certámenes. Desgraciadamente se hace aquí patente la cicatería y mezquindad de nuestros gobernantes (no quiero referirme al alcalde y concejales aquí presentes, sino a instancias más altas); es vergonzoso que, después de 19 años de reconocido trabajo, don José Luis Castán tenga que estar yendo y viniendo de Madrid para colaborar con su escuela. Tal vez, si hubiera nacido en otra región, le dirían: "José Luis, quédate en tu pueblo y dedícate exclusivamente a los tuyos; ofrécenos tu saber y hacer, y no te preocupes por recursos económicos, que vas a ganar tres veces más de lo que te dan en Madrid; que cualquier necio, por ser consejero de una empresa pública o una caja de ahorros, cobra más por hacer menos y hay algunos a los que convierten en institución.

En fin, esperemos que San Roque y la Virgen de Compasco iluminen a nuestros gobernantes para que en Castilla no se desaprovechen los mejores frutos que le pueden dar sus hijos.

Es mi intención, como Dulzainero Mayor, proponer en el próximo Concejo Abierto de los Dulzaineros del Toro de la Vega la creación de una Cátedra de Dulzaina en Aldeamayor de San Martín, que sería regida, bien por D. José Luis Castán, bien por D. Luis Angel Fernández; pues ya la escuela de dulzaina Tierra de Pinares reúne las características necesarias para recibir tal encomienda. Ahora bien, se necesitaría el apoyo económico y en infraestructuras del Ayuntamiento de esta villa. Os sugiero que no esperéis a que se mueran José Luis o Luis Angel para hacerles homenajes, como sucedió con el maestro Agapito Marazuela, hacédselos ahora, en vida.

Pensad que todo lo que invirtáis en cultura tradicional no caerá en saco roto: le dará fama y notoriedad al pueblo y, sobre todo, una identidad definida, cosa que vais a necesitar mucho cuando, dentro de dos o tres años, se llenen todas las urbanizaciones que se están construyendo y tengáis que integrar a una población despersonalizada ocho veces mayor a la que existe ahora. Y qué mejor que afianzar vuestras raíces a través de los dulzaineros, guardianes de la tradición, para hacer un árbol de sólido tronco y jugosos frutos para compartir.

Cierro ya este pequeño paréntesis para ceñirme a la función que me habéis encomendado de pregonar las fiestas Patronales de San Roque de este año de 2004 en la muy honrada y noble Villa de Aldeamayor de San Martín.

La forma de celebrar las fiestas es un elemento importante a la hora de definir la personalidad de un pueblo, una comarca o una región. Las fiestas en nuestra comarca de Tierra de Pinares cumplen una función ritual, destinada a satisfacernos espiritualmente. Este ritual es tradición viva, depurada con el paso de los siglos; se quitan y añaden elementos superfluos, pero lo esencial, lo necesario, lo altamente gratificante, perdura. Los elementos que, en mi opinión, son esenciales de nuestras fiestas en Tierra de Pinares, y que aquí, en Aldeamayor, según programa de festejos, vais a disfrutar este año, son los siguientes:

La música, en sus dos vertientes: ritual y de diversión.

En el plano ritual: los sonidos de las dulzainas y cajas despertarán cada mañana al pueblo adormecido con dianas y reboladas, llamando a participar de la fiesta que va a comenzar. Anunciarán los toros corridos. Acompañarán a las autoridades en su tránsito a la Iglesia. Y en la procesión a San Roque tocarán las danzas rituales que se bailarán al Santo.

En el plano de diversión musical: no faltarán las orquestas y discotecas móviles que alegrarán a niños y ancianos, casados y solteros, favoreciendo las relaciones entre muchachos y muchachas que, con suerte, habrán de incrementar la población infantil de la que tan necesitados estamos en nuestra comarca.

Los Toros Corridos. El correr toros es pervivencia de una costumbre ancestral que diferencia a los pueblos que históricamente han sido libres, pueblos concejiles, con fueros, con leyes propias; de los que no tuvieron esa suerte, los pueblos de señorío. En Aldeamayor de San Martín no han de faltar toros corridos en sus dos modalidades de Encierro Campo a Través y Encierro por las calles de la Villa.

Que bonita estampa se dibuja: las siluetas de caballos y jinetes esperando a los toros se recortan en el horizonte. El aire de la mañana, cargado de esencias de pino, romero y retama apenas es estorbado por la tenue polvareda que envuelve al pequeño ejercito de caballeros que conducen la manada. Hay un silencio reverente cuando los toros cruzan los barbechos y, por unos instantes, el campo se hace templo.

El toro bravo es un animal muy peligroso, ha sido creado por selección genética con una función: matar. Participar en los encierros por las calles del pueblo es el mayor peligro al que se puede enfrentar conscientemente una persona corriente, de ahí que sea algo tan altamente gratificante. El que se enfrenta a un toro se está enfrentando a sus miedos, se está enfrentando con la misma muerte y, al vencerla, sale fortalecido espiritual y físicamente. En los encierros, a diferencia de las corridas de toros, no hay espectadores; aunque creamos estar bien protegidos siempre hay un toro que rompe una talanquera o toma un camino inesperado y nos hace ser, en un momento dado, protagonistas.

La Procesión de San Roque. Es, sin duda, el acto más solemne de cuantos componen las fiestas de este pueblo. Será precedida de una misa y saldrá San Roque con su perro, y todos los que no están impedidos bailarán las danzas rituales que les enseñaron sus mayores. El sonido de las dulzainas rasgará el aire y creará pequeños remolinos que elevarán nuestras almas para unirse en un abrazo con las almas de nuestros antepasados, aquellos que también participaron, generación tras generación, en el mismo ritual.

No menos emotivo será el traslado del Santo Patrón desde su Ermita a la Iglesia Parroquial y desde ésta otra vez a la ermita.

Las peñas, pandas o limonadas. Es un elemento que no falta en nuestras fiestas y marca una característica compartida por la mayoría de los pueblos de nuestra comarca: la hospitalidad. Los extranjeros del norte de Europa, cuando por casualidad nos visitan, se extrañan mucho de que se les invite a beber y a comer, incluso a pernoctar sin pedir nada material a cambio. Son las peñas, en la fiesta de un pueblo, la representación de esa hospitalidad que aún pervive como costumbre entre nuestras gentes: "Ven a probar mi limonada", se le dice al forastero, pues la limonada está hecha precisamente para eso, para invitar al que viene de fuera, y estamos orgullosos de ofrecerle lo mejor que tengamos en ese momento, sabiendo que muy pronto será fiesta en el pueblo de al lado y nos sabría mal que los otros nos acojan y agasajen mejor de lo que lo hicimos nosotros.

Las comidas familiares y de hermandad. Permiten unir a los miembros de la familia que, por circunstancias diversas, no habitan en el pueblo a lo largo del año. Permiten también olvidar y enterrar pequeñas rencillas que surgen a lo largo del año entre vecinos. Igual que hiciera Cristo cuando se reunía con sus apóstoles, en la mesa de los castellanos de Tierra de Pinares se comparten los mejores productos de la tierra: pan, vino y lechazo. Este último, el lechazo, es un manjar exquisito que no debe faltar en ninguna mesa el día del Santo Patrón. Un descastado podrá decir que no le gusta, o algún anciano que se lo ha prohibido su médico porque tiene alto el colesterol. Aquí habría que abrir un paréntesis y hablar de las inversiones de nuestra comunidad en Investigación y Desarrollo: ¿por qué no investigar en la creación de un lechazo selecto, bajo en colesterol, apto para ancianos y personas con problemas de circulación? ¿Qué hacen las Universidades Castellanas y las Administraciones que las gobiernan aparte de crear mano de obra altamente cualificada y de bajo coste para emplear en bancos y empresas que, las más de las veces, nos explotan y esquilman nuestros suelos y recursos naturales? ¿Qué nos aprovecha a los castellanos la creación, por parte de la Universidad, de titulados que van a parar a otras regiones o naciones? ¿Se investiga para solucionar los graves problemas de nuestros campos y ciudades? ¿Qué nos importa a los ciudadanos castellanos el ciclo sexual de la rana en el lago Chad, la melancolía del oso panda o la migración del pingüino Antártico cuando tenemos problemas más urgentes que solucionar como son la arsenización de las aguas, por poner un ejemplo, o el tratamiento de los purines, producto maloliente y altamente contaminante que bien pudiera ser reciclado si se investiga método para ello? Cierro este paréntesis con la confianza de que las autoridades, aquí presentes, tomen nota y trasladen estas ideas a sus superiores, si así lo creen oportuno.

Música, toros, procesión, peñas y mesa, serán complementados con todo género de actividades deportivas, culturales y sociales en las que las distintas asociaciones y colectivos existentes en el pueblo han trabajado para su consecución.

Como pregonero os invito a participar y disfrutar de cada una de ellas.

Cuando acaben las fiestas, cada uno de nosotros tenemos la obligación de ser pregoneros de nuestro pueblo, de todo lo bueno que tiene Aldeamayor: Ya solo el hecho de estar ubicado en esta bella comarca de Tierra de Pinares, paraíso natural y enclave histórico, es un privilegio. Su gran Iglesia. Su cercanía a la capital. Sus hermosas urbanizaciones, que se van extendiendo con rapidez y traen nueva vida al conjunto del pueblo y, lo mas importante, hacen que aumente el patrimonio económico de la mayoría de los vecinos que ven cómo se revalorizan sus tierras y propiedades día a día (no tiene la misma suerte mi pueblo, Moraleja de Cuéllar, herido por la despoblación y la ruina, allí se dejan hundir las casas por el poco valor que tienen). Y podría seguir hablando indefinidamente de las excelencias de este pueblo. Ahora bien, un pueblo tan importante en recursos humanos y económicos como va a ser Aldeamayor, va a desear en un futuro inmediato contar con un elemento distintivo que lo defina y de fama a nivel mundial. Al igual que Boecillo tiene el Casino y las Bodegas, Portillo los mantecados, la alfarería y el castillo, Olmedo su parque Mudejar, Matapozuelos un zoo; Aldeamayor tiene su Escuela de Dulzaina, y si esto os parece poco, reuníos todos los vecinos en Concejo Abierto, que no habrán de faltar ideas para realizar obra pública. Hagáis lo que hagáis para engrandecer el pueblo, cuidad que se respete el entorno y el medio ambiente circundante y poned la obra bajo el amparo de San Roque, patrono del pueblo.

Y ahora, ciudadanos y ciudadanas libres de Aldeamayor, disfrutad de lo que tenéis, disfrutad de vuestras fiestas. No sabemos si serán las más grandes, ni las mejores, pero si sabemos que son las nuestras; como nuestro es San Roque y su perrito desrabado, al que hay que pedir todos los días del año que nos libre de la peste, de la peste de la envidia y la soberbia de algunos, de la peste de la especulación desmedida, de la peste de la mediocridad de ideas de muchos de los que nos gobiernan, y de tantas otras pestes que a veces asolan las tierras de Castilla. Nuestra es también la Virgen de Compasco, madre que velará por nosotros en los buenos y malos momentos de la vida y, llegado el momento de partir a la otra morada del más allá, será ella la que nos esté acompañando y nos guiará en el tránsito a la otra vida.

Vecinos de Aldeamayor de San Martín y allegados, la fiesta va a empezar. Gozad, divertíos. Y ahora gritad conmigo:

¡Viva, San Roque, patrón del pueblo!

¡Viva la Virgen de Compasco, madre nuestra!

¡Vivan las fiestas de Aldeamayor de San Martín y su pregonero!

Jorge Bayón Muñoz
13 de agosto de 2004

 

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