Entre los grandes servicios que presta a la humanidad la excelentísima Diputación de Valladolid está la captura, capa (de capar) y posterior mantenimiento  de las colonias de gatos que se forman en algún barrio gracias a que cualquier enamorado los alimenta: se reproducen, crecen ... y la cosa se le va de las manos; entonces aparece la Diputación, contrata a algún grupo animalista para que se encargue de la faena y todo arreglado ... a  costa del contribuyente y no del enamorado.

     Los ayuntamientos están encantados con la prestación de tan importante servicio y el de Tordesillas no cabe en sí de gozo, pues aunque prohíban nuestras tradiciones, nos compensan con la simpática presencia de algunos cientos de gatitos, por eso cantan las pandas en las limonadas:

!Viva la buena gestión

de nuestra Diputación!.

!dadles tres hurras, muchachos!,

que aunque parezcan gabachos

son de Castilla y León.

 Hacemos botos (no votos) para que la Diputación dure mil años.