El pasado fin de semana se celebró en la villa de Tordesillas el XXIII mercado medieval, donde hubo ocasión de recorrer los puestos de los más variados artesanos para terminar en la Taberna del Patronato del Toro de la Vega, este año particularmente concurrida por cientos de torneantes que cansados de tanta bobada exigen resolver de una santa vez.

     Y allí se propusieron curiosas soluciones que todas pasaban por un mismo punto: Regeneración completa, porque todo el escombro que se ha venido generando de años a esta parte ya no sirve más que para arruinar y entorpecer el futuro.

     Prohibido y perseguido el Inmemorial Torneo, nuestra ceremonia más importante; despreciada y burlada la tauromaquia popular, nuestra principal seña de identidad, es hora de reinventarnos haciendo aflorar de nuevo nuestras raíces y nuestro orgullo, manifestando el más absoluto desprecio a ese enemigo torvo, soez ... e incapaz: Sólo sabe tragar, chulear y amenazar.

Por ese futuro que será difícil de alcanzar, pero que llegará inexorablemente, brindamos al pie de las lanzas castellanas.

El Toro Vega, las tradiciones de Castilla estaban muy vivas, precisamente en la voluntad de aquellos cientos de torneantes que se despedían con un !Viva el Toro Vega!.