ROBO DE GEN.

 José Antonio Garañeda.  

 

Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir porque no es de los nuestros” –dijo Juan a Jesús. – No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro –replicó Jesús.

     Esta cita de los evangelios viene hoy como anillo al dedo para calificar la mezquina, ruin, cobarde y traidora actitud de quienes lideran el gobierno en la Comunidad de Castilla-León.

     Con el corazón acelerado y la mente serena, me dirijo desde estas líneas a todos aquellos que, en el ejercicio libre y democrático de sus obligaciones de gobierno, han hecho valer, por encima de los derechos reconocidos en nuestra Constitución, la imposición de una norma que, por si fuese poco, ha pretendido presentarse como un favor al pueblo de Tordesillas.

     Una imposición al más puro estilo felipista, cuando se gobernaba, sencillamente, por decreto para sacar adelante iniciativas de cualquier tipo que, de otra forma, hubieran sido imposibles de llevar a cabo. Éstos, sean del partido que sean, que para “…tratar de salvar…” –según rezan los titulares– nuestra tradición secular, son, sin ningún tipo de cortapisa, el peor enemigo que tan GENUINA tradición pueda poseer. Porque lejos de defenderla como una parte fundamental de nuestra CULTURA TAURINA, lo que hacen realmente es enterrarla bajo una losa, erigiéndose al mismo tiempo como los adalides de un movimiento de apoyo a la fiesta que desde hace tiempo viene soportando los ataques de grupos de indeseables, cuya única finalidad es acabar con todo aquello que suene a NACIÓN y a ESPAÑA.

    Que no hagan “milagros” en nombre del pueblo de Tordesillas. Que no intenten salvar nuestras seculares tradiciones poniendo “flores” en ningún panfleto legislativo. Que no nos defiendan de nada. Que no nos roben nuestro gen Toro Vega. No queremos ser defendidos por gentes como estas. Porque, haciendo uso del reconocido “derecho de duda”, tan tristemente sembrado en este día, mucho nos tememos que acabaríamos en el patíbulo. Para conseguirlo nos bastamos nosotros mismos. Pues, si bien demostramos en infinidad de ocasiones ser mansos y obedientes para con la Ley, hoy, sin dejar de serlo, sabremos dar un paso al frente para decir NO a tan atropellada decisión.

      Los de Fuenteovejuna nos iluminan. Y nos mantendremos en nuestros trece ¡vive Dios!, en primer lugar porque estamos convencidos de que la razón nos asiste; en segundo, porque no estamos dispuestos a convertirnos en borregos que marchen al son que nos marque el primer pastor que se le antoje; y, en último lugar, porque lo que durante tantos siglos fue conforme a la ley, no puede dejar de serlo ahora, por el capricho y la cobardía de unos cuantos políticos, elegidos por el pueblo, sí, pero no para hacer y deshacer a su antojo, sino para respetar la CULTURA popular, entre otras muchas cosas, desde un punto de vista objetivo.

     Rendirse ante las presiones de sectores que han demostrado, por activa y por pasiva, ser parte integrante de intereses sectarios, intransigentes y nazis, no es sino una evidencia más de la falta de confianza que nos anima, y con razón, a desligarnos de toda ideología, de toda formación política, de todo interés partidista. Simplemente, porque lo que pretenden es perpetuarse en el poder, sin importarles nada ni nadie. Por todo ello, nos mantendremos firmes en nuestra postura, pese a quien pese. Y, como el de Fuenteovejuna, si hemos de dar muerte al TORO DE LA VEGA, será TORDESILLAS quien lo haga, no los tordesillanos.

 

Patronato del Toro de la Vega. Tordesillas (Valladolid)