EL PATRONATO ENTREGÓ SUS RECONOCIMIENTOS 2.015 EN LA CENA ANUAL.

Redacción.

 


      El pasado sábado 14 de mayo tuvo lugar la cena homenaje en la que el Patronato del Toro de la Vega entrega sus reconocimientos anuales, si procede, a aquéllos distinguidos en la promoción, estudio y defensa de nuestras tradiciones taurinas y en especial, del Inmemorial Torneo, reconocidos que son elegidos por el Concejo Abierto de Navidad y que deben serlo unánimemente.

      Con la asistencia del alcalde de la villa, D. José Antonio Poncela, de las Federaciones de Tauromaquia Popular de Castilla y León y Taurina de Valladolid, de las villas Benavente, Montemayor, Traspinedo, Fuentesaúco, Medina etc …; profesores universitarios, intelectuales, artistas, empresarios y jóvenes torneantes, comenzó la cena conforme a la costumbre, con la palabra, corriendo a cargo de Vidal Arranz el presentar y dar voz a las instituciones y personas asistentes.

     Abrió cátedra el presidente del Patronato dando la bienvenida a los asistentes y efectuando breve reflexión sobre la confusión de los tiempos que corren y de cómo en medio de tanta duda, es el Torneo una estrella que nos guía dotándonos de los valores necesarios para seguir adelante; valores con los que se identificó Juan Sagarra Gamazo, de la ganadería Raso Portillo, quien dijo estaba allí porque esos valores eran los que su casa ha mantenido a través de los años y los que se siguen aplicando en la crianza del toro bravo.


 La Federación Taurina Popular de Castilla y León, por medio de su vicepresidente Enrique Carnero y la de Valladolid, por medio de Jesús López Garañeda manifestaron su completo apoyo al Torneo para luego dar paso a las asociaciones asistentes y conocer de primera mano cómo va el BIC de Montemayor, el Enmaromado de Benavente que ya asoma y el caso de Santovenia de Pisuerga, la asociación más pequeña de las castellanas con sólo seis socios y batallando con un alcalde-cortijero enemigo de toros y amigo de sus odios y caprichos.

    Tras cenar un excelente lechazo tuvo lugar la entrega de reconocimientos, acto que si siempre está cargado de emoción, este año desbordaba.
El primer reconocimiento se entregó a la A.T. “Espantes de Fuentesaúco”; quería así el Patronato premiar su aportación a la tauromaquia castellana. Los miembros de esta asociación no sólo forman en las primeras líneas a la hora de espantar aguantando hasta el extremo de a veces ser arrollados por el encierro que como un rodillo se les echa encima, sino –y es lo más importante- saben por qué lo hacen; conocen, aplican y divulgan nuestras tradiciones, se sienten orgullosos de ellas y considerando a la tauromaquia como uno de nuestros rasgos culturales; siempre dispuestos a aglutinar, se esfuerzan por conseguir la unidad de acción entre los aficionados acudiendo a donde se les llama.
Es así “Espantes de Fuentesaúco” un ejemplo a seguir en todas las facetas. Jorge Rodríguez, recogiendo el certificado, resumió completamente emocionado el sentir general: “por esto, se muere”.

      El segundo reconocimiento se entregó a D. Daniel Santaolaya, torneante de la villa de Traspinedo que es un espejo para todos nosotros. Predica con el ejemplo, hace incansablemente sin reparar ni en trabajos ni en peligros; de hecho fue una de las piedras angulares para organizar la manifestación de Valladolid el pasado septiembre.
El certificado sintetizaba así los motivos de la recompensa

“Porque de varios años a esta parte, dicho señor torneante ha defendido la tauromaquia popular castellana y este Inmemorial Torneo con la objetividad que procura la buena formación técnica; la precisión de quien entiende profundamente la materia; el tesón de quien sabe labra sobre materia trascendente; el atrevimiento de quien conoce la justicia de su causa; la claridad de quien posee experiencia práctica, y el afecto de quien siente verdaderamente lo que dice y trata”.

Daniel no pudo articular palabra cuando restrallaron los aplausos.

     Tras la entrega tuvo lugar la declaración institucional del Patronato a cargo de su vicepresidente, quien recalcó que el principal objetivo del Patronato es el estudio de nuestra tauromaquia tradicional, a lo que debe dedicarse incansablemente sin que los accidentes particulares, el ruido de fondo y las algaradas mediáticas distraigan de lo principal.
Señaló que nuestra tradición es un bien valioso no porque sea antiguo, sino porque produce resultados satisfactorios, aunque a cambio pide vivir conforme a un código de valores que hoy no están muy de moda. Exhortó a saborear los inigualables momentos que procuran nuestras funciones taurinas populares, a conocer a sus gentes y su hospitalidad y a corresponderlos de modo que valorando lo propio no precisemos mendigar sucedáneos a culturas extrañas, ni mucho menos avergonzarnos de practicar las ceremonias de nuestros padres. Aseguró que en el tiempo sólo sobrevive lo que es profundo:

“.. conforme van pasando los años hay menos cosas que te satisfacen; cuando llegas a viejo ya sólo hay dos: Leer el D. Quijote a orillas del Duero mañanica de San Juan y ver bajar al Toro Vega el puente de Tordesillas un Martes de la Peña; lo demás, todo lo demás, es nonada, vano humo, melonada urbanita ..”

Y así, la tauromaquia, consustancial a la Cultura Castellana, ha perdurado hasta hoy y perdurará mientras exista ese carácter, sin que puedan con ella persecuciones de extranjeros o de degenerados. Terminó felicitando efusivamente a los reconocidos y brindando por los torneantes vivos y muertos.

El acto finalizó con la sorpresa que algunos años dispone la Junta. Como el Patronato ni premia ni paga a sus individuos al entender que aquí se viene a servir y no a servirse, no tiene protocolo premial, lo que no es óbice para que de vez en cuando y por iniciativa de su dirección se premien los méritos de alguno de sus miembros con un pequeño detalle y un gran reconocimiento; eso sucedió este año a modo de colofón cerró la cena anual el presidente de Concejos Castellanos avisando que se querían reconocer los muchos años sirviendo, muchos trabajos, mucha fe y muchas heridas de Gerardo Abril, presidente del Patronato, entregándole un reloj con la lanza enraizada que usa como armas el Patronato.

 

 

Patronato del Toro de la Vega. Tordesillas (Valladolid)